Baba de Caracol

Durante muchos años de mi vida sentí cierto desprecio por las personas excesivamente sensibles. A mi no me entraban balas, y no podía entender como había gente a quienes había que tratar con pinzas porque se ofendían a muerte o te hacían pucheritos a la primera"crítica constructiva".

Invertía energías inhumanas en demostrar a los demás que me llevaba el mundo por delante. Siempre mirando burlonamente por sobre el hombro a los debiluchos sensibleros. Siempre canchera, ganadora (todavía se puede leer en mis posts dejos de esa actitud cocorita). Viví años presa de un escudo de indiferencia que lejos de protegerme, me aislaba emocionalmente de cualquier amenaza de dolor.

La boluda era tan sensible, que no podía ni siquiera darse el lujo de aceptar un dolor que no tenía los recursos para asimilar y metabolizar. Se creía intocable, y era blandengue como una babosa, protegida por la dura concha del caracol.

Ese es uno de los aprendizajes mas importantes de mi vida. Aprendí el valor de la mansedumbre y la humildad.

Aprendí que soy sensible, que soy una preciosa y delicada hija de Dios, que deseo que me quieran y me acepten y que las palabras lastiman mas que los golpes. Digo aprendí de agrandada nomas q soy, porque en realidad lo sigo aprendiendo todos los días, de eso se trata la vida, crecer y sumar aprendizajes, para terminar siendo una viejita sabia, y no una vieja chota (prometo post con claves para evitar convertirse una vieja chota)

Fue tan liberador saberme vulnerable... Hay una paradoja en todo esto. Si bien ahora reconozco que prefiero ser aceptada a rechazada, este mismo reconocimiento me fortaleció.

Ya no me lastiman menos porque no me entren balas, sino porque les pongo el pecho a las balas, y puedo con cariño, de la mano de Jesús, asimilarlas, sacármelas, y curar las heridas. Ya no soy una babosa o un bicho bolita, soy un ser humano que le dicen...

Comparo esto con uds. con cierto pudor, no me gusta desnudarme tanto. Participar de mi alma a gente desconocida me vulnera, pero ya no es un secreto: soy sensible. Pese a esto, es tan intensa la vivencia de liberación que tengo, que tengo ganas de gritársela a todo el mundo. Por eso escribo, y me abro y me expongo, total, luego cirugía de por medio, el doc. Jesús saca el balín y me hace un par de puntos en el agujerito.

Es tan común escuchar frases como "a mi nadie me lleva por delante", o "yo no le debo nada a nadie" o "a mi no me importa lo que piensen los demás". Quizás sea por mi profesión, pero yo lo escucho seguido, y antes asentía con concienzuda admiración, ahora me parten el alma al verlos tan presos del orgullo como lo estaba yo pocos años atrás.

Una de las enseñanzas del Evangelio que más me costó asimilar fue la de la otra mejilla, que le pasa a Jesús? nos pide que seamos masoquistas? Está bien que nos pida que no nos venguemos, pero, poner la otra mejilla???? No es mucho mas sano sacarse el polvo del hombro, mirar con indiferencia y seguir nuestro camino???

No señor, el mas chiquito de los amores es preferible que la mas cálida de las indiferencias. Porque estamos creados de amor. Y si respondemos al mal con amor, no solo evitamos lastimar al otro, sino que este mismo amor que estamos poniendo, nos sana a nosotros mismos.

Jesús lo explica clarito como el agua: si amamos solo a quienes nos aman, qué merito tiene?

Bueno, me fui por las ramas...

El punto es que ya saben, si me ven o si me hablan, tomenmé con pinzas, y toquenmé con pétalos de rosas. No porque yo vaya ponerlos en vereda si no lo hacen (aunque puede que lo haga si estoy mal barajada) sino, sobre todo, porque me pueden lastimar. Les dejo una foto actualizada así me reconocen.