MANIA AUTORECHAZADORA


La cosa es la siguiente: estamos en el mundo con muchas o pocas cualidades, es lo que hay. Nuestras virtudes no se incrementan a fuerza de malasangre y reproches.

Si hay una posibilidad de mejorar, esta siempre está en base de una benévola autoaceptación.

Mirate, conocete, aceptate y amate. Mejorate luego si después de tooodo el trabajito anterior te quedan energías…

Por qué la manía de mirarnos al espejo comparando nuestra imagen con la de una modelito noruega de 18 años? En qué momento se nos ocurrió que debemos vernos lo mas jóvenes, lisas, ñatas y simétricas posible? (ni hablar cuando pretendemos hacer de nuestro pelo moto uno digno de una propaganda de Liso Extremo de Pantene o exigimos de nuestro cuerpo una figura que ni Nadia Comaneci-que antigüedad!- soñaría en sus mejores épocas).

Cuál es la manía esta de compararnos y tratar de asemejarnos a modelos físicos, emocionales e intelectuales lejanos o cercanos, pero todos distintos y alejados de nuestro verdadero ser?

No hablo solo de lo físico, lo estético es la parte más benévola de nuestra manía autorechazadora si lo comparamos con nuestras exigencias en otros niveles. En lo afectivo y en lo intelectual, ahí si que nos hacemos mierda.

Soñamos con un modelo de personalidad ideal, calmo, equilibrado, pujante, que no necesita de exabruptos, pero que a la vez impone un respeto y una admiración tales, que los demás nos rinden pleitesía y se sacan el sombrero, emocionados hasta las lágrimas, ante la profundidad, la originalidad, la sensatez y la inteligencia de nuestras palabras.

Soñamos con eso, y nos descubrimos una tarde cualquiera en el supermercado trenzados con una señora tan soñadora al pedo como nosotros, peleando x el primer lugar de la cola de la caja, haciendo llamar al gerente de Coto, gritando a viva voz, haciendo comentarios sarcásticos y hablando solas con una sonrisa desencajada…

Soñamos equilibrio pero se nos viene la noche si subimos 2 kg, y nos medimos toneladas de ropa, convencidas de que somos candidatas firmes a Cuestión de Peso, y lamentándonos porque levantaron el programa.

Soñamos ser pujantes y exitosas, y con obtener un título del Balseiro, pero cuando a las 7am suena el despertador para levantarnos a estudiar, lo ajusticiamos de un manotazo, pensando que "de última, podría animar fiestas infantiles", nos damos vuelta, e invernamos como osos las siguientes 3 horas.

Soñamos con hacernos millonarias a través de inversiones, pero la plata nos quema los dedos, así que la gastamos ansiosos en cuanto nuestra codicia y nuestro bolsillo se ponen de acuerdo: un Iphone, aunque nos hayan cortado el teléfono en casa por falta de pago, un viaje a Brasil, aunque debamos pagarlo durante 24 meses (obvio que arrepentidos hasta las lágrimas las últimas 23 cuotas)

Soñamos una pareja de películas (vamos chicas, POR FAVOR!! de eso y del ratón Perez voy a hacer un post aparte) y la cagamos llamándolo 33 veces por día y llenándole de mensajes melosos la casilla del celu.

Nos despertamos a la mañana acariciándonos el ego con sueños de armonía, profundidad, éxito, lujo y pasión y, luego de haber metido consistentemente la pata mediante pasaban las horas, nos vamos a la cama a la noche sintiéndonos un borriquillo rengo, pulgoso y medio retrasado. No es que hayamos sido durante el día unos flor de hijos de puta perdedores, pero al lado de nuestras expectativas matinales, somos una caquita. Es problema está en el contraste.

Hay 2 formas de acercar la brecha entre lo que soñamos y lo que somos. La primera, la que tratamos todos, solo es alcanzada con éxito por algunas personas extremadamente talentosas y autodisciplinadas. Estas a fuerza de empeño, una predisposición genética conveniente, y una buena cuota de buen hoyo logran alcanzar día a día el modelo de persona que siempre soñaron ser.

La segunda forma de alcanzar nuestro sueño consiste en poner en tela de juicio no a nosotros, personitas imperfectas y metepatas, sino a los modelos con los cuales nos comparamos estúpida y compulsivamente.

Qué pasa si cuando nos levantamos a la mañana nos animamos a mirarnos con un cariño casi maternal las formas de nuestro rostro y cuerpo?

Qué pasa si en vez de irritarnos hasta el odio, nos reímos de nuestros deslices de carácter?

Qué pasa si soy así y qué?

Qué pasa si me animo a soñar ser como soy? Flaca o gorda, fofa, dura o mixta, callada o verborrágica, sutil o explosiva?

Qué pasa si me animo a mirarme sin censuras ni complejos?

No sé que pasa. Pero creo que puede pasar algo mágico: que a partir de conocernos nos podemos aceptar, y a partir de aceptarnos con benevolencia podremos AMARNOS.

No sé a Uds., pero a mí me gusta más una autoestima auténtica, basada en el conocimiento y aceptación de todas las cualidades y taras que uno tenga, que una autoestima caprichosa e interesada, en la cual me quiero solo si no me defraudo en mis expectativas de superhumano.

Esta noche me voy a dormir sabiendo que soy única, que mi Padre me llenó de dones, virtudes, mimos y detalles. Que tengo todo lo que necesito para ser Niza, y que no me sobra absolutamente nada. Me voy a la cama también consciente de que tengo mil defectos, pero no me importan, ya llegará el momento de pulirlos, mientras tanto, me río de ellos.

Comentarios

Regina Falangi ha dicho que…
Muy bueno!!! Yo no se de donde habre sacado esta cualidad, pero desde muy chica nunca me compare con otra gente, por lo menos no seriamente. Y creo que eso es lo mejor que le puede pasar a mi autoestima! Y porque soy realista. No es que viva con el moto "para que, si asi estamos bien", pero si quiero mejor me tomo a mi como base y como punto de comparacion a un yo que podria realmente existir. Y no pretendo compararme por ejemplo con una modelo porque de una tendria que crecer por lo menos 15 centimetros y eso a nuestra edad es utopico!
Como se que te puede interesar te dejo este link: http://www.cge.udg.mx/revistaudg/rug24/bourdieu3.html
Un besote
Anónimo ha dicho que…
Heyyy Niza!!! Genial...es el eterno cuento del disconformismo...creo el tener que compararnos todo el tiempo, en todo sentido con aquellos que han llegado a la cumbre solo nos quita el sabor de nuestra propia vida...los triunfos diarios, aunque pequeños, quedan eclipsados por lo que los demás lograron y yo no....no es mi forma de vivir la vida. Dios me dio este cuerpo, estas cualidades, estos defectos y me los dio para que los moldee, los mejore, los rechace o los acepte, pero lo decido yo en base a lo que soy y creo que lo principal es ser feliz...y eso solo se consigue estando en paz con uno mismo.

Besos

Entradas populares de este blog

Las nuevas chatas

Baba de Caracol