Como abortar?


Somos amor, esa es nuestra esencia mas profunda. Esta afirmación no puede ser negada ni por el ateo más acérrimo, cuando se descubre a si mismo saltando, vibrando o llorando por amor.

Es por eso que el sexo es tan atractivo, es porque el alma toda festeja la fusión hasta el infinito con el alma de otra persona, es esa pulsión de unión con el otro, es el amor lo que nos hace gozar en una relación sexual.

Estamos regidos primariamente x estas 2 pulsiones (infundidas por nuestro Padre al crearnos), por el amor que tiende a unirnos con los otros, y con la vida que pelea por latir y continuar latiendo. La vida es el alma misma, el ánima apoderada de este cuerpecito, es la que late en nuestros corazones, y recorre nuestras venas, despabilando
cada célula de nuestro cuerpo.

En el momento mismo de la concepción Dios sopla vida sobre esas celulitas, y ya tienen un alma latiendo, vibrando y amando con la pureza de quien no conoce este mundo aun. Esta alma se une a la de su madre, y juntas así como sus cuerpos, comienzan una danza de amor, la cual no termina en el nacimiento, ni con las peleas cotidianas entre padres e hijos, ni con una desdichada muerte prematura de alguno de los dos, ni con una apacible muerte de la madre ya anciana rodeada de hijos y nietos.

Esta extraña conexión entre madre e hijo es la que explica que una mujer se sepa embarazada aun antes del primer síntoma, que una madre presienta situaciones de dolor o peligro de su niño aunque estén a mil kilómetros, que una madre adoptiva reconozca sus propios ojos en los de su hijito, y que las suegras sean una brujas que peleen con cuerpo y alma con quien les robó al nene.

Yo no sé qué clase de lógica perversa sustenta “el derecho al aborto” como un derecho a la vida. Nadie tiene derecho a quitar la vida de otra persona, no importa cuan legitimado esté por la sociedad o las leyes. Porque aun habiéndolo hecho en forma pública o privada, gratuita u onerosa, casera o aséptica, no deja de ser un doloroso acto de muerte, un alma que atenta contra su propio deseo de vida y amor, matando a la persona a quién estaba destinada a proteger y amar infinita e incondicionalmente.

Es una paradoja irreconciliable que una persona creada para amar y vivir, tenga derecho a dar muerte, sostener eso disfrazándolo con buenas intenciones una lisa y llana mentira. Una mentira mas de las miles con que esta sociedad nos condena al individualismo, el materialismo y el odio, manejados como marionetas por quienes poseen evidentes dividendos económicos.

Abortar es negar el amor y la vida que laten en el interior. Pero ni el amor ni el alma se pueden matar, porque son eternos. Es así como el recuerdo del grito de dolor de ese niño es escuchado y vivido continuamente como un eco por el alma de su mamá por los siglos de los siglos. El grito no cesa, a menos que ella, arrepentida, abrace en un mar de lagrimas al alma de su bebe.


Afortunadamente tenemos en este mundo segundas y terceras oportunidades, y hasta del más horrible de los crímenes podemos arrepentirnos, perdonarnos en nuestro corazón, y volcar nuestra cabeza en las manos del Padre, quién ya nos perdonó hace mas de 2000 años, cuando dio su vida por nosotros.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
NIza, qué interesante lo que escribiste. Te felicito... Es verdad, somos seres a imagen y semejanza de nuestro Padre. Tenemos dentro el amor, la sabiduría y la espiritualidad que El nos otorgó, sólo debemos abrir los ojos y encontrarla en nuestro corazón. Candi

Entradas populares de este blog

Las nuevas chatas

Baba de Caracol